Estados Unidos enfrenta uno de los mayores brotes de sarampión en más de tres décadas, con más de 1.300 casos confirmados desde enero. Aunque algunos estados, como Texas, no han reportado nuevos contagios en semanas, el inicio del año escolar plantea un nuevo escenario de riesgo, especialmente en zonas con bajas tasas de vacunación infantil.
Brotes persistentes en medio de cifras récord
El incremento actual es el mayor número de casos anuales de sarampión en más de tres décadas, con 32 brotes reportados hasta ahora, concentrando casi el 90 % de las infecciones confirmadas. Solo diez estados no han reportado casos. El regreso del sarampión sucede en un contexto de creciente movilidad de la población y una cobertura de vacunación que, en muchas áreas, no alcanza el umbral requerido para asegurar la inmunidad de grupo.
Uno de los brotes más recientes ocurrió en Wisconsin, con nueve nuevos casos relacionados con un viaje interestatal. Las autoridades locales han optado por no divulgar detalles específicos para proteger la privacidad de los afectados, aunque se señala que el riesgo de propagación comunitaria aún se considera bajo. Sin embargo, datos estatales indican que solo el 84,8 % de los niños en edad preescolar en Wisconsin recibió las dos dosis recomendadas de la vacuna triple viral el año anterior, una cifra por debajo del umbral del 95 % necesario para prevenir brotes.
Efecto del regreso a clases en la difusión del virus
El regreso a clases marca un punto crítico para el control del sarampión. El virus es altamente contagioso y puede propagarse con rapidez en entornos escolares donde los niños pasan tiempo en contacto cercano. La confluencia de estudiantes en aulas, pasillos y actividades extracurriculares incrementa significativamente el riesgo de transmisión, especialmente entre quienes no están vacunados o tienen sistemas inmunológicos comprometidos.
Expertos alertan que la mezcla de bajas tasas de vacunación, la continua presencia del virus en diversos estados y la proximidad de brotes en naciones cercanas, como Canadá y México, genera un escenario propicio para una rápida propagación del sarampión en el período escolar.
Exenciones no médicas y su impacto en la salud pública
Un factor preocupante en la propagación del virus es la creciente tasa de exenciones a la vacunación obligatoria por motivos no médicos. Wisconsin permite que los padres opten por no vacunar a sus hijos por “convicciones personales”, además de razones religiosas o médicas. El ciclo escolar anterior, el estado registró una tasa de exención del 7,6 %, más del doble del promedio nacional.
La comunidad médica ha manifestado su inquietud ante esta tendencia. Organizaciones pediátricas han enfatizado que las exenciones no médicas constituyen un riesgo innecesario para las escuelas, ya que dejan expuestos a niños que no pueden recibir vacunas debido a razones clínicas. Además, la agrupación geográfica de personas sin vacunar aumenta la posibilidad de que un brote comience y se extienda rápidamente tanto dentro como fuera de esas comunidades.
Recientes puntos de brote en diferentes estados
Además de Wisconsin, se han registrado nuevos brotes en otros estados. En Michigan, un brote fue confirmado en el condado de Osceola, vinculado a una exposición durante un viaje fuera del estado. Es el tercero en esa área este año, que ya suma más de veinticuatro casos. En Wyoming, cuatro casos recientes en el condado de Carbon elevaron el total estatal a siete. Este condado tuvo una de las tasas más bajas de vacunación infantil en el estado en 2023, con solo el 66 % de los niños habiendo recibido al menos una dosis de la vacuna triple viral.
Según autoridades sanitarias, la vigilancia a nivel local es esencial para contener la expansión del sarampión. Las intervenciones comunitarias, como campañas de vacunación específicas en zonas de baja cobertura, se consideran más efectivas para reducir el riesgo de propagación a gran escala.
Estrategias para reforzar la vacunación
A pesar de las dificultades actuales, el inicio del año escolar ofrece la chance de mejorar la vacunación en niños. Acciones dentro de las escuelas, como campañas de vacunación, orientación de profesionales de la salud en las instituciones y la colaboración directa de enfermeras escolares, pueden hacer más accesibles las vacunas y aumentar el conocimiento sobre su relevancia.
El papel de los líderes comunitarios también se considera fundamental para promover mensajes claros sobre los beneficios de la vacunación, contrarrestar la desinformación y fomentar decisiones responsables entre las familias. La colaboración entre padres, escuelas y autoridades de salud será decisiva en los próximos meses para contener la expansión del sarampión y proteger a los grupos más vulnerables.
Salvaguardar a las comunidades educativas: una tarea esencial y urgente
El brote actual de sarampión en Estados Unidos evidencia los riesgos asociados a la disminución de la cobertura vacunal y la relajación de normas preventivas. Con el inicio del año escolar, las condiciones están dadas para un posible aumento en los contagios si no se refuerzan las medidas de prevención. Aumentar las tasas de vacunación y restringir las exenciones no médicas se perfilan como pasos necesarios para salvaguardar la salud de las comunidades escolares y evitar una crisis sanitaria de mayor escala.