La tensión en la península coreana se incrementa nuevamente, luego de que Kim Yo Jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong Un, reafirmara la negativa de Pyongyang a retirar los altavoces instalados en la frontera con Corea del Sur. Los dispositivos, utilizados para transmisiones de propaganda, siguen visibles desde zonas surcoreanas accesibles a civiles, generando inquietud entre los residentes locales y los medios de comunicación.
Durante un encuentro con su gabinete, el presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, calificó las acciones recientes de Corea del Norte como una «respuesta proporcional» y manifestó su expectativa de que las dos naciones «puedan retomar paulatinamente el diálogo y la comunicación». Sin embargo, Kim Yo Jong afirmó que las declaraciones del Ejecutivo de Seúl eran falsas y que los altavoces norcoreanos jamás fueron quitados, negando cualquier intención de eliminarlos.
Actitud de Corea del Norte y falta de interés en Estados Unidos
Kim Yo Jong también descartó la posibilidad de que Pyongyang use reuniones internacionales, como el encuentro previsto entre Vladimir Putin y Donald Trump, para enviar mensajes a Washington. Según la dirigente norcoreana, el país no tiene interés en dialogar con Estados Unidos, lo que refuerza la línea diplomática centrada en Rusia desde la invasión rusa a Ucrania en 2022.
En este contexto, Corea del Norte ha intensificado sus relaciones con Moscú, enviando tropas y material militar en apoyo a la guerra en Ucrania. Recientes comunicados de los medios estatales norcoreanos y rusos confirmaron que Kim Jong Un y Vladimir Putin sostuvieron una llamada telefónica para reforzar la cooperación y los esfuerzos bélicos en la región. Durante la conversación, Putin compartió información sobre su reunión próxima con Trump, aunque los medios norcoreanos no mencionaron este último encuentro.
Propaganda y altavoces en la frontera
En los últimos meses, residentes surcoreanos de las zonas limítrofes se han visto afectados por emisiones de sonido intenso, incluyendo aullidos de animales y golpes de gong, que Pyongyang utiliza como respuesta a las transmisiones de propaganda surcoreanas. Estas actividades, suspendidas temporalmente en junio tras la orden del presidente Lee de detener las emisiones en el Sur, reflejan la sensibilidad extrema de Corea del Norte ante cualquier crítica externa a su liderazgo.
Las emisiones contienen mensajes políticos y canciones de K-pop, con la intención de molestar al gobierno de Pyongyang, que intenta reducir el impacto de la cultura surcoreana en su población. Este tipo de estrategia psicológica ha intensificado aún más la tensión entre ambos países, ya presente debido al desarrollo del programa nuclear norcoreano y los entrenamientos militares combinados de Seúl con Estados Unidos y Japón.
Perspectivas de diplomacia y seguridad
Desde la asunción de Lee Jae Myung en junio, tras la destitución de Yoon Suk Yeol, Corea del Sur ha buscado mejorar las relaciones con Pyongyang mediante políticas más conciliadoras. Sin embargo, analistas señalan que Corea del Norte no tiene urgencia en retomar la diplomacia con el Sur ni con Estados Unidos en el corto plazo, manteniendo su enfoque estratégico en la alianza con Rusia.
Las tensiones podrían aumentar a fines de agosto debido a los ejercicios militares conjuntos a gran escala entre Estados Unidos y Corea del Sur, planificados para comenzar el 18 de agosto. Pyongyang percibe estos ejercicios como simulaciones de invasión y suele aprovecharlos como motivo para realizar demostraciones de poder y pruebas de armamento, reforzando su programa nuclear.
Efectos regionales y protección global
El enfrentamiento a través de altavoces fronterizos simboliza la persistente rivalidad entre las dos Coreas y refleja cómo la propaganda y la comunicación directa se utilizan como herramientas de presión política y psicológica. La situación mantiene en alerta a la región y plantea desafíos constantes para la estabilidad y la seguridad internacional, especialmente ante la interacción de actores externos como Estados Unidos y Rusia.